viernes, 25 de diciembre de 2015

Como cuando te toca morderte la lengua por no querer decir lo que te quema. Quizás sea un ataque de cobardía o, en muchos casos, de valentía. Sí, porque también hay que ser muy valiente para callar, para guardar todo lo que ansías decir. Aunque sí, también de cobardía, por miedo a escuchar lo que no queremos. Puede ser. Y no, por ganas no será. No sabes las ganas que tengo de decir esas cosas que por la noche suelen doler un poquito más. A oscuras, cuando la música se vuelve una verdadera historia hecha realidad. Hace tiempo que las cosas se me fueron de las manos, que no puse ninguna barrera para poder frenar y ahora no soy capaz de seguir avanzando, puede que sea por esos miedos que no me atrevo a enfrentar. Por todo lo que me callo y me marea la cabeza. Por las cosas que me dicen e intento obviar, disimular que no escuecen. O quizás porque me aterra que esa frase de Felipe Santos sea verdad, 'a veces cuando se ama hay que decir adiós'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario