viernes, 25 de diciembre de 2015

El único e imposible deseo.

Queridos Reyes Magos...
Tengo muchas cosas en la cabeza que os podía pedir, queridos e inexistentes Reyes Magos, todo material. Que sí, que en el momento me harían mucha ilusión, incluso toda la ropa que pediría la repetiría tantas veces como fardaría de ella pero, pensándolo bien, actuando de corazón, ¿de qué me sirve algo que se puede romper o arrugar cuando existe algo que me devolvería y daría mucho más que cualquier cosa material? aunque en verdad, sé de sobra que lo que quiero es imposible, pero esa es la magia de ustedes, ¿no? Que se empeñan en que creamos que nos harán realidad cualquier deseo, por imposible que parezca. Solo les voy a pedir una cosa, aunque no me la puedan dar. Le quiero a él, a mi gordo, a mi orejas, al que se encargaba de comerse la mitad de mi merienda, quien me demostró que había alguien más vago que yo y por quien saldría de paseo a cualquier hora, en cualquier momento, aunque me tuviese que helar de frío o asar de calor con tal de verle correr feliz. Mi Yuco, el que fue más que un simple animal, más que un simple perro. Quizás no lo entiendan, porque sí, porque todo el mundo me consuela diciendo que era lo mejor para él, que le evitamos sufrimiento, que lo que vivió, lo vivió al máximo gracias a nosotros. Pero no tienen ni idea de lo que es levantarse y no verle en las escaleras, ladrando y moviendo el rabo como loco nada más verme, ni lo que es gritar su nombre, dejar una galleta en el suelo y que ya no venga a comerla, que nadie responda a la llamada. Que me mata el no haberle llorado como se lo merecía, aunque de sobra sabe que el interior era mucho más oscuro que lo que reflejaba el exterior. No soy partidaria de la navidad y meno menos, desde hace mucho tiempo, de ustedes, pero busco cualquier excusa y pretexto con tal de decirle que quiero que vuelva, que ya ha pasado el tiempo suficiente como para darme cuenta que nunca me acostumbraré a su ausencia, que no me acabó de ver triunfar cuando fue quien más veces me hizo evadirme de todo lo que me dolía. Que no quiero seguir viéndole en el cielo, en esa estrella que más brilla y que siempre me acompaña. Que quiero tenerle conmigo, haciéndole hueco en el sofá cuando nadie nos veía. Por siempre tuya querido y fiel amigo, esta siempre será tu casa.

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