sábado, 28 de noviembre de 2015

Vuelvo a repetir que nadie nos puede echar la culpa de no saber hacerlo mejor, que todo lo que empieza se termina, que las únicas promesas que existen son las que se cumplen. Nadie nos puede decir que la culpa es nuestra cuando somos dos, que dos no se pueden querer si uno no quiere, que uno no puede querer por dos. No podemos jugárnosla a que mañana irá mejor, porque es verdad eso de que el futuro no es un lugar seguro, y no sabemos ni siquiera quienes vamos a ser mañana. Por eso entonces no tengas miedo, lo que tenga que ser será. Vale más ser valiente que invencible. Y al final la única regla que podemos seguir para no sentirnos mal, cuando todo haya salido fatal es 'no es no fallar nunca, es no fallar a quien no te falla'.

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