sábado, 28 de noviembre de 2015

La teoría de los tres pilares, la compartió conmigo una persona muy especial para mí en una de esas tardes en las que de las cañas te pasas a las copas y se te empieza a liar el asunto. Y con ello, empiezas a filosofar como si te fuese la vida en ello. Y de repente me la soltó como quien no quiere la cosa. Y se ha quedado conmigo para siempre. Más que una teoría, se podría decir que se trata de una filosofía de vida que he adoptado como mía y que me ha ayudado en muchos momentos. Y como dicen que compartir es vivir, voy a explicarla para que si alguien en un momento malo, se acuerda de ella, pueda ayudarle. Y seré la persona más feliz del mundo. En realidad es sencilla, pero a veces las mejores cosas lo son. Se trata de tener tres pilares fundamentales en tu vida sobre los que apoyarte. Por ejemplo, tu trabajo o carrera, tu entorno y una afición con la que disfrutes mucho. Y la clave está en ir combinándolas de manera que estén lo más equilibradas posible. Creo que es un error centrar tu vida en un único pilar que la sostenga, porque cuando ese pilar se derrumbe, tú lo harás con él. Si lo único para lo que vives es tu pareja, si de un día para otro ésta decide marcharse, tu vida se derrumbará. Si lo único para lo que vives es para tu trabajo, si de un día para otro lo pierdes, tu vida se derrumbará. Mientras que si vas dando saltitos de un pilar a otro, cuando pierdas a alguien querido, o sientas ganas de mandar a la mierda a tu jefe, tendrás otras cosas en las cuales refugiarte. Y si fallan los tres pilares, que también puede pasar si te echa alguien un mal de ojo, busca otros de nuevo. El cambio es la única constante en este vida. Y así voy yo por la vida desde ese día, dando saltitos de un sitio a otro, buscando ser lo más feliz posible e intentando construir una vida de la cual no necesite un descanso.

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